Desde temprana edad estuvo en la carrera de las armas. Participó en una expedición a la selva amazónica, donde se perdió y logró sobrevivir al infierno verde.
En 1874-1876 participó en la guerra por la Independencia de Cuba, logrando tomar con 10 hombres el vapor Moctezuma de bandera española, acción que dio la vuelta al mundo. Es por ello que en el Museo de la Revolución en La Habana, Cuba, existe una galería de Próceres con diversos cuadros, entre ellos el de Leoncio Prado; lo llamativo que solo figura el año de 1853, fecha de su nacimiento más no el de su deceso.
En 1879 cuando estalla la Guerra del Pacífico, -guerra entre Chile contra el Perú y Bolivia- presto llega para servir a la patria, participando en diversas batallas, entre ellas el del Alto de la Alianza.
En 1883 los chilenos entendieron que no se podía concluir la guerra en el Perú sino acababan con el héroe de la resistencia, el general Andrés Avelino Cáceres, así que con 3 divisiones salen desde Lima en su búsqueda.
Cáceres evita que confluyan dos divisiones contra su ejército de soldados irregulares, hasta llegar al norte, en la sierra del departamento de La Libertad donde el 10 de Julio se libra la Batalla de Huamachuco.
El coronel Leoncio Prado herido en la pierna es tomado prisionero y ordenan su fusilamiento. Como oficial pide que sean 4 tiradores, 2 que apunten al corazón y 2 a la cabeza. Su último deseo es tomar una taza de té, la cual la bebe con calma y al terminar hace tres golpes en la taza. El pelotón entonces dispara.
Cuando el teniente chileno a cargo da su reporte a su superior de todo los sucedido, el mismo monta en cólera. No entiende el teniente sureño la reacción de su superior.
Es que solo un masón puede reconocer a otro masón. Y un masón no puede matar a otro masón.
El general Andrés Avelino Cáceres, El Brujo de los Andes, sobrevive a la batalla, más eso….eso es otra historia.