“Estuve en el cielo y no vi a Dios”. Así expresó el cosmonauta ruso Yuri Gagarin, cuando logró la hazaña del ser el primer hombre en el espacio.
Esta frase fue congelada en el tiempo y no traducida, dado que ya el impacto era tremendo con la victoria rusa en la carrera por el espacio.
Esta historia comienza en la Segunda Guerra Mundial, cuando los científicos alemanes desarrollan cohetes para atacar Inglaterra.
V1, Vengador 1 del tamaño de un carro.
V2, Vengador 2 del tamaño de una casa de dos pisos, impresionante para aquella época.
1945 termina la guerra y ambos bandos americanos y rusos van tras los científicos alemanes.
En 1952 (en plena Guerra de Corea) los rusos en base al V 2 desarrollan un nuevo cohete,-hasta esa fecha la parte rusa solo había puesto la plataforma del cohete, todo lo demás era tecnología alemana-.
Mas entra la habilidad de un gerente espacial, Sergei Pavlovich Korolev, a quien Stalin lo envió a un gulag, mas al darse cuenta de su genialidad lo pone a cargo del programa espacial, seleccionando como Jefe de Base a científicos jóvenes, quienes se pegaron a los alemanes y así en años aprendieron lo que tenían que aprender.
En esta carrera espacial, en esta carrera de oriente contra occidente, los rusos daban los primeros pasos y como indican los ingleses:
First is first (el primero es el primero).
El 4 de octubre de 1957 los rusos lanzan el primer satélite, llamado Sputnik, satélite artificial terrestre.
El 3 de noviembre de 1957, los rusos lanzan al primer ser vivo al espacio, una perra llamada Laika en el Sputnik 2.
La carrera por el primer hombre en el espacio había empezado, los americanos contaban con Wernher Von Braun.
Se presentan miles de pilotos de caza para la selección del programa espacial soviético, son seleccionados 20, quienes pasan pruebas de comandos.
En esta guerra fría, en este enfrentamiento entre el mundo socialista y el mundo cristiano, nada se deja al azar, toda acción tiene una causa.
En el mundo cristiano el 7 es el número perfecto, por ello cuando un agente se vuelve escritor al mejor agente inglés le pone 7.
El 6 es el número imperfecto, por eso a los gobernadores romanos, le llamaban el 6.
Como los socialistas combatían al cristianismo, los escogidos para el programa fueron 6.
Todos eran hijos de proletarios, de padres obreros, campesinos. La cápsula que los llevaría era pequeña, así que todos tenían que tener una talla baja.
El líder de Rusia era Nikita Kruschev, el cual examinó diversas fotos de los candidatos y escogió a Yuri Gagarin por su sonrisa. Una sonrisa victoriosa rusa, que daría la vuelta al mundo como el satélite.
El 12 de abril de 1961 en el Vostok 1, Yuri Gagarin da la vuelta al mundo en una hora 48 minutos. Se vuelve una persona célebre que recorre el mundo con el triunfo ruso, se le prohíbe volar.
Los americanos con el presidente Kennedy toman el reto de llevar el primer hombre a la luna, lo cual se concreta el 20 de julio de 1969, con el astronauta Neil Armstrong.
El cielo lo hizo famoso y el cielo lo llamó. El 27 de marzo de 1968, Yuri Gagarin muere piloteando un avión Mig-15.
Es a partir de la década del 60, que los soviéticos llaman a sus mejores agentes: “Yuri”.