El 2 de mayo de 1945, las fuerzas alemanas se rinden a los soviéticos. Los generales Zukov y Chuikov querían darle de regalo a Stalin, la conquista de Berlín el 1 de mayo, -Día del Trabajador- mas la resistencia germana no lo permitió.

El general Heinrici estuvo a cargo de la defensa de Berlín, de familia prusiana, estratega, con un instinto que le permitía saber cuando se produciría los ataques.

Lo había probado en el frente ruso, cuando con menos hombres contenía los ataques, pese a la orden de conservar sus puestos, él disponía el momento de una retirada, la artillería soviética bombardeaba el frente, terminada esto, sus soldados retornaban a sus defensas, sorprendiendo a los rusos que los consideraban acabados.

El ataque a Berlín empieza con un cañoneo de más de 20,000 piezas de artillería, el general Heinrici adivina que va a ser en la madrugada, de tal manera que dispone que las tropas se retiren a buen recaudo.

Al asumir el mando advierte a sus oficiales: “Señores, lo que voy hacer es ganar tiempo”.

Viendo la geografía de la zona aprovecha la ubicación de las colinas de Seelow, frenando el avance soviético. Stalin entra en desesperación, ordenando a como de lugar continuar con el avance, no importando las pérdidas que se produzcan.

Hoy se sabe que Churchill se opuso a que sean los rusos en tomar Berlín, por lo que ideó un plan de ataque contra ellos.

Mas sin apoyo americano era improbable dicha situación, por más que se consideró usar tropas alemanes que estaban en occidente.

“O nos dejan tomar Berlín, o nos vamos sobre ustedes.
Bramó Stalin al presidente americano.” Relató un teniente inglés partícipe de la guerra.

Se terminaba una guerra, y entrar a otra con el que fue su aliado, era para pensarlo dos veces.

El general Heinrici, al no poder resistir más la ofensiva soviética, dispone la retirada al anillo defensivo de Berlín, Hitler al enterarse lo destituye y ordena que se presente a la Cancillería.

Cuando iba a tomar su carro de regreso su asistente lo detiene:
“General vaya despacio, quizás cuando llegue ha terminado la guerra, no quiero que le pase lo mismo que al mariscal Rommel”.
Heinrici: Qué dices muchacho, Rommel murió de sus heridas de guerra.
Asistente: No general, yo fui asistente de Rommel, a él lo mataron.
Heinrici indica al chofer: Vaya despacio, no tenemos apuro.
Se salvó su vida.

La lucha por Berlín fue encarnizada, participaron niños soldados y ancianos alemanes, se peleó casa por casa.

La toma del Reichtag fue un combate cumbre de la batalla.

En plena batalla de Berlín, se habilitó una de las avenidas principales, donde dos pilotos germanos lograron aterrizar y despegar su avión, haciendo todo una hazaña de su nueva misión; mas eso….eso es otra historia.