En América hubo dos Imperios que trascendieron en el mundo. Al norte el Imperio Azteca y al sur el Imperio Inca -llamado también del Tahuantinsuyo-, comprendiendo su territorio parte de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, parte de Chile y de Argentina.
Imperio que duró desde 1150 a 1533 d.c., fueron 14 Incas que gobernaron el citado Imperio, su primer Inca Manco Cápac, Pachacútec el gran conquistador, su nombre significa “El Transformador del Mundo”, Huáscar (cadena de oro) y Atahualpa (dichoso vencedor).
Es un añejo soldado, llamado Francisco Pizarro, quien logra conquistar el acotado imperio. Soldado que perteneció a los Tercios Españoles, grupo militar que era formado por viejos soldados (veteranos) lo cual les daba un profesionalismo en
la guerra.
Se le facilita la conquista, dado que había una Guerra Civil por el trono entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, que trajo como consecuencia que un sector de la población le ayudará, aunado a etnias que veían en los españoles sus libertadores.
Sabiendo la importancia de un traductor, Pizarro le enseña a un indio el español, y le pone de nombre Felipillo.
El Inca Atahualpa está al tanto de la llegada de los españoles en Tumbes, Pizarro sabe que no puede enfrentar a la tropa incaica en campo abierto, y que el Inca se considera Hijo del Sol, al tener la deidad muerta o capturada el citado Imperio caería.
Al enterarse que está en los Baños Termales de Cajamarca va en su búsqueda. Envió a un grupo de emisarios para invitarlo, el jefe de grupo hace zancadillas con su caballo, -que bota flema- sin embargo, el Inca no se amilana y acepta la invitación.
Contaba con 30,000 guerreros contra 180 españoles con 37 caballos, consideró el Inca sogas para tomarlos presos.
Pizarro lo espera en una ciudadela, donde ubica a sus hombres en diversos ángulos, junto con el cañón que tenían.
El Inca llega a la ciudadela confiado de su poder, y sale a recibirlo el padre (sacerdote) Valverde, quien le entrega una Biblia y le pide que se someta a Dios y al rey de España.
El Inca agarra el libro e indica: “No suena” y lo arroja.
Entonces Valverde expresa la palabra clave: “Santiago”.
Los españoles hacen una descarga de su cañón y mosquetes, y atacan con todo, haciendo una matanza. La sorpresa es total.
Felipillo juega un papel clave en todo esto, porque antes que llegara el Inca, se acerca a los oficiales incas, y en señal de amistad les ofrece una chicha de jora envenenada, al poco rato los oficiales empiezan a vomitar y morir, la tropa no sabe qué hacer y queda neutralizada, nadie reacciona y avisa al Inca de esta situación.
El único español que es herido en la mano es Pizarro, que intercepta a un soldado que quería matar al Inca Atahualpa.
Con el Inca capturado, el Imperio del Sol queda neutralizado. Atahualpa al darse cuenta que los españoles venían por sus riquezas, les ofrece un cuarto de oro y dos cuartos de plata hasta donde alcanzará su mano, en un lugar que hasta ahora existe, llamado el Cuarto del Rescate.
Atahualpa cumple, mas los españoles veían en él un peligro y lo condenan a muerte.
Lo condenan a la hoguera por ser un infiel, al enterarse el Inca se bautiza, por lo que se le cambia por la pena del garrote.
Así es el final del último Inca del gran Imperio del Tahuantinsuyo, el Imperio del Sol.