Si hubiera habido un Bolognesi en Port Arthur, Puerto Arturo no se rendía.
Así se expreso el Zar Nicolas II el 2 de Enero de 1905 cuando se entera de la rendición de la base de Puerto Arturo, -la mayor base naval rusa en el Extremo Oriente-, en la guerra ruso-japonesa.
7 de junio de 1880 la Batalla de Arica en la Guerra del Pacífico o Guerra del Salitre. 5,479 soldados chilenos al mando del coronel Pedro Lagos contra 1,900 soldados peruanos al mando del coronel Francisco Bolognesi.
Una semana antes de verse rodeado, Bolognesi pide ayuda al Coronel Leyva que contaba con 3,000 soldados en la región Arequipa.
Apure Leyva, apure, aun hay tiempo. Le telegrafía.
Leyva nunca llegó y los 3,000 soldados de Arequipa, nunca pelearon la guerra.
El jefe chileno envía a un emisario -mayor Salvo- para pedir la rendición:
Mayor De la Cruz Salvo: “Conocemos su número, armamento y abastecimiento, toda resistencia es inútil. Pido la rendición”.
Bolognesi da su respuesta inmortal: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”.
¿Por qué el heraldo del jefe chileno menciona la palabra armamento? Ambos ejércitos tenían fusiles franceses, mas con una enorme diferencia.
Los soldados peruanos contaban con el fusil Chassepot, modelo 1866 que usaba cartucho de papel. Un fusil monotiro, es decir disparabas una bala y tenía que volver a cargar otra bala, lo cual tomaba por lo menos cuatro segundos. Pasado los 50 tiros, el percutor del fusil fallaba, el soldado peruano tenía un rango de 90 balas.
Los soldados chilenos contaban con el fusil Gras modelo 1874, que usaba cartucho metálico, el soldado chileno tenía un rango de 200 balas. Un fusil de cerrojo, usado de 1874 a 1945 con 10 cartuchos, el soldado chileno en menos de un segundo corría el cerrojo y ya tenía listo el segundo tiro y así, lo cual le daba una potencia de fuego enorme.
El morro de Arica estaba minado, lamentablemente un traidor peruano indicó a los chilenos donde estaban ubicadas y fueron desactivadas. Sin embargo, el jefe chileno sabía que si dos o más minas estallaban en el fragor del combate, la onda expansiva haría que en cadena las demás estallaran, así que ideó el plan de ataque previsor.
El ataque tenía que ser al amparo de la noche y la tropa tenía que moverse rápido por ello sus palabras fueron:
“Ustedes no tienen que trotar, ustedes tienen que correr”.
Regimientos de Línea 3° y 4° con el Batallón Bulnes encabezan el ataque con la reserva del Batallón Buin 5.30 de la madrugada empieza el combate, atacan al Fuerte Ciudadela y al Fuerte Este, el combate es sin tregua, se logra contener la primera ola de atacantes y una mina estalla, ante lo cual los chilenos se dispersan, mas su segundo agrupamiento los reorganiza y vuelven a atacar. Los fusiles de los peruanos empiezan a fallar, la ola chilena llega y se traba el combate cuerpo a cuerpo.
Cuando han tomado el Fuerte Ciudadela, el niño héroe Alfredo Maldonado prende el polvorín y se produce una gran explosión acabando con los pocos defensores que quedaban y los atacantes.
Disipada la nube, la tropa chilena grita “al morro”.
Bolognesi trata de hacer estallar las minas, mas ya estaban desactivadas. Se produce el combate en el morro.
Bolognesi es herido en la pierna, mas el viejo coronel sigue disparando su revólver hasta el último cartucho.
Es rodeado: Ríndase coronel.
Bolognesi los insulta.
Un soldado chileno con la culata le destroza el cráneo.
A pocos metros estaba Roque Sáenz Peña, -argentino que vino a luchar en la Guerra del Pacífico-, es herido en el brazo, cuando lo van a rematar los chilenos, él los insulta, su acento extranjero lo salva y es tomado prisionero.
Alfonso Ugarte al haber agotado su munición, coge la bandera peruana y se arroja del morro.
A las 7.30 de la mañana la Batalla de Arica ha terminado, y queda para la historia la Epopeya del Morro.