Si veis el plano del Océano Pacífico, al Norte de Australia se encuentran dos zonas neurálgicas de la Segunda Guerra Mundial: las Islas Salomón -donde está Guadalcanal- y Papúa Nueva Guinea -donde está la isla de Rabaul- que era la base de operaciones del almirante Yamamoto; zona que cuenta con aguas profundas, que les permitía abastecerse por submarinos, por ello ahí también se instaló el bunker secreto de Yamamoto.

En dichas aguas se produjo la acción de la Patrullera PT-109, con el heroísmo de un joven teniente de la marina estadounidense, que se haría famoso, mas eso….eso es otra historia.

El almirante Yamamoto convirtió sus bases en los nuevos portaviones para atacar a los americanos, para ello contaba con pilotos decididos a dar su vida por el emperador.

Hiroyoshi Nishizama fue el mayor As de la aviación japonesa con 86 victorias de 1942 a octubre de 1944.

A diferencia de Europa, en el Pacífico todos los combates se daban en mar, por lo que los pilotos hacían un combate aéreo cerrado, es decir lo más próximo al avión enemigo, un duelo aéreo, donde prima la habilidad del piloto.

De 1941 a 1942 el cielo lo dominaba el caza japonés A6M más conocido como Zero, fabricado por la Mitsubishi. En 1943 los aviones aliados fueron mejorados, un motor más potente, un mejor blindaje y el mantenimiento de más ametralladores.

Ahí el mayor mérito de Nishizama, que los enfrentaba con dos ametralladoras de menor calibre y con un avión de menor potencia.

El avión Zero tenía 2 ametralladores tipo 97 de 7.70 mm (los milímetros son en base al diámetro de la bala) con 500 balas cada una.

Los aviones aliados tenían ametralladores Browning de 12.7 mm, así:

El P-38 con 4 ametralladoras de 500 balas cada una.
El P-40 famoso porque lo usaron en China los Tigres Voladores, con 6 ametralladoras de 200 balas cada una.
El Corsair con 6 ametralladoras de 400 balas cada una.
El F4F con 6 ametralladores con 240 balas cada una.

Hiroyoshi Nishizama fue asignado al 4to Grupo Aéreo con base en Rabaul, ante su pericia, arrojo y maniobrabilidad con su avión lo llamaron “El diablo de Rabaul”.

Participó como escolta de los 5 aviones kamikazes que lograron hundir el portaaviones Saint Lo.

Es en dicha acción que como guerrero presiente su final, por lo que pide a sus superiores encabezar el siguiente ataque de los hijos del viento divino (kamikazes), su pedido es denegado.

A los pocos días se le envía en un avión de transporte a otra base para reforzarla, mas el avión nunca llegó a su destino.

Cuando un guerrero muere, en ese momento, en ese minuto, en ese instante, nace otro guerrero.