“Ver, decidir, atacar, escapar” era el lema de Erich Hartmann el mayor as de aviación de la Luftwafe.

Su avión tenía su propio emblema, con un corazón rojo sangriento atravesado por una flecha, con el nombre de su enamorada Usch (por Ursula) y tras el buje de la hélice, unos triángulos negros que representa un tulipán.

Sus compañeros de otros escuadrones le pusieron “El Tulipán Negro”.

El veterano piloto que lo instruyó, le puso de sobrenombre “Bubi” (muchachito).

Mas el nombre que lo hace famoso lo pusieron sus adversarios rusos: “El Diablo Negro”.

Un récord insuperable su foja de servicio: 1404 misiones de combate, 825 combates y 352 derribos de aviones enemigos, de los cuales 345 soviéticos y 7 americanos.

Nunca fue derribado, mas tuvo 14 aterrizajes forzosos, por los escombros de los aviones que derribó, uno de ellos lo hizo en territorio soviético, fue tomado prisionero y logró escapar.

Desde que empezó a volar, tenía una buena estrella, ya que por hacer acrobacias lo sancionaron con 3 meses en tierra; el compañero de escuadrón que tomó su avión, en una misión falló el motor y murió.

Fue compañero de ala de un veterano piloto, superándolo con creces, el alumno superó al maestro.

Desarrolló el ataque sigiloso, atacaba con el sol a sus espaldas o salía de una nube para atacar.

Solo atacaba cuando tenía al avión enemigo enfrente, lo más cerca, de tal manera que sus disparos eran certeros.

Para ello contaba con el avión Messerschmitt Bf 109, que tenía una reducida sección frontal y morro afilado, lo cual le daba la aerodinámica en picada.

2 ametralladores MG131, calibre 13 mm con 300 balas cada una.

Operó en el Frente Oriental, en el Frente Ruso, sobrevivió a la guerra, fue tomado prisionero y paso 10 años de prisionero de guerra.

382,00 prisioneros alemanes murieron en los gulags rusos después de la guerra, solo 6,000 retornaron a Alemania.

Erich Hartmann en 1955 retornó a Alemania, vivió para contarlo.