Nunca antes la humanidad estuvo tan cerca a una hecatombe nuclear.
En octubre de 1962, se dio la crisis de los misiles en Cuba o también conocido como la Crisis de octubre.
Esta historia comienza el 3 de junio de 1961, en Viena (Austria) en el encuentro entre el presidente John F. Kennedy y Nikita Kruschev. Nótese que Kennedy era el sucesor del general Eisenhower, Kruschev al verlo joven, inexperto y discreto, consideró que tenía ante él un presidente dubitativo, así que a la manera rusa podía dar un gran salto. Esta acción consistiría en equiparar sus fuerzas nucleares, Estados Unidos dicha fechas, tenía una gran ventaja, mas si Rusia colocaba misiles nucleares en Cuba, tendría al alcance las principales ciudades americanas.
La operación se hizo de la manera más discreta y con desembarcos nocturnos de los misiles, sin embargo los aviones espías U – 2, detectaron las instalaciones en octubre de 1962 y estalla la crisis.
Aparecen los dos bandos en USA, las palomas y los halcones. Las palomas pretendían una solución moderada y los halcones querían desaparecer a Cuba del mapa.
Kennedy contaba con Mac Namara -que fue un funcionario clave en el desenvolvimiento de la crisis-. Se optó por la cuarentena, ningún barco o avión podía entrar a Cuba hasta llegar a un acuerdo.
El presidente Kennedy estuvo a punto de apretar el botón rojo, cuando un submarino ruso estaba cerca a cruzar el hito establecido en el mar de Cuba. Felizmente se detuvo y dio media vuelta.
La falta de una comunicación directa entre ambos mandatarios estableció la creación del “Teléfono Rojo”.
Los rusos entendieron que en una guerra nuclear no habría vencedores ni vencidos, así que optan por retirar los cohetes.
Fidel Castro convoca a una gran multitud en la Plaza de la Revolución. La arenga de los cubanos fue:
“Nikita, Nikita lo que se regala no se quita”.
Un U – 2 americano fue derribado por un misil soviético, los rusos ya sabían la altitud, velocidad y otros del avión espía, gracias a un agente americano mas eso…eso es otra historia.