Las compañías de seguros y los gringos les encanta las estadísticas, son frías, calculadoras te dan un panorama.

La mayoría de nuestros padres se han ido en un rango de 83 a 88 años.

Llegar a los 100 años muy pocos lo logran, además llegar para que te estén lavando, limpiando, darte de comer, no puedas hablar, eso ya no es vida; como indican los piuranos: Ya hable con el de arriba, así que el día que la máquina falle, que sea rápido.

Un médico veterano te puede decir con franqueza, a partir de los 80 años vivimos con la vida prestada y ya no se puede operar porque nuestro organismo queda sellado. Esto ha salvado a muchos ancianos que han seguido este sabio consejo.

Os dejo una frase milenaria de Confucio: Si no conocemos todavía la vida, ¿Cómo va ser posible conocer la muerte?