El 10 de julio de 1883 se llevó a cabo la última batalla de la Guerra del Pacífico, la Guerra del Salitre, la batalla de Huamachuco en la provincia de La Libertad.
En 1882 el general Cáceres denominado por los chilenos el “Brujo de los Andes”, los había vencido en las Batallas de Concepción, Marcavalle y Pucará, lo cual había motivado que las diversas guarniciones chilenas dejaran la Sierra (los Andes) del Perú.
A esto se agregaba al estar lejanas las guarniciones de los sureños, sus abastecimientos eran cada vez más difíciles y el número de desertores habían aumentado, destacamentos enteros habían dejado las armas pese a existir una unidad de castigo que los fusilaba en el acto de ser encontrados.
El ejército chileno de ocupación que contaba con 15,000 soldados, decide salir a acabar con Cáceres donde se le encuentre, para ello, envían tres divisiones de 3,000 soldados cada una para acabarlo, tratando de cercarlo.
Cáceres los elude, cruzando montañas de 4,000 metros de altura, evita que dos divisiones confluyan en su trayecto.
En 1883 el hacendado Miguel Iglesias en la provincia norteña de Cajamarca llega a un acuerdo con los chilenos para firmar el tratado de cesión de territorios peruanos. El traidor peruano recibe apoyo de los sureños en armamento y abastecimiento.
El general Cáceres marcha al norte para acabar con el felón, mas los chilenos mueven una división para detenerlo.
Huamachuco se encuentra en la zona de los Andes, Cáceres quiere enfrentar en la ciudad a los chilenos, mas sus guías al detectar al ejército patriota dan aviso, y prestos abandonan la ciudad para refugiarse en el Cerro Sazón, -donde hay ruinas incas que les sirve de parapetos-, las 2,000 tropas sureñas con sus cañones Krupp de montaña esperan el momento.
Cáceres contaba con 1,400 soldados con diversos tipos de fusiles sin bayonetas y con escasa munición, piensa en conseguir refuerzos, mas el bando chileno también está haciendo lo mismo.
El 10 de julio de 1883, los chilenos al amparo de la neblina lanzan avanzadas, las cuales son contenidas por los peruanos y empieza la batalla en la pampa ubicada entre la ciudad y el cerro Sazón, son 4 horas de duro combate, ambos bandos no se dan tregua, hasta que las tropas de Cáceres logran empujar a los sureños, llegan a la cumbre y toman las posiciones de los chilenos, quienes dejan una retaguardia de contención mientras se retiraban.
Entonces llega el desastre, la intensidad de los disparos peruanos disminuye, se quedan sin municiones, los oficiales chilenos se dan cuenta, reorganizan las tropas que están en franca retirada y proceden a un contraataque, el fusil Grass de 10 tiros demuestra su eficacia.
La tropa de Cáceres se defiende a culatazos, mas la ola chilena es incontenible, los pocos que quedan son atrapados en la pampa donde se lanza la caballería chilena para acabarlos.
Con los soldados peruanos heridos o tomados prisioneros los chilenos aplican el Repase, esta vez no usan sus cuchillos corvos, sino la bayoneta de 40 cm de los fusiles franceses Grass.
El general Cáceres, el Brujo de los Andes, herido logra burlar el cerco chileno, mas la victoria chilena le permite al hacendado Miguel Iglesias firmar el Tratado de Ancón con lo cual cede al Ejército de Chile, la Provincia de Tarapacá y el Distrito de Arica.