Corría el año de 1914 y se produce un golpe de Estado en el Perú, el teniente Sánchez Cerro encabeza el ataque a Palacio de Gobierno, y logra doblegar a los defensores, mas casi le cuesta la vida, al recibir 5 balazos, uno de los cuales le vuela dos dedos, a partir de ahí quedaría con el mote: El Mocho.

El presidente defenestrado era Guillermo Billinghurst, de la época de la República Aristocrática (1895-1919).

Sánchez Cerro era joven, dinámico, resuelto, agresivo, pintoresco y orador popular.

Era un hombre común, mestizo de raza, con mezcla de blanco, de indio y de negro (Jorge Basadre, historiador).

Siendo comandante, Sánchez Cerro termina con los 11 años de presidencia de Leguía, al tener el mando de la Plaza Fuerte del Sur (Arequipa), se levanta en armas, mientras otros coroneles y generales quedaban en la inacción.

Su motín tiene el efecto dominó, las diversas regiones militares se pliegan y el comandante Sánchez Cerro en avión llega a la capital (Lima), siendo recibido apoteósicamente.

Su gobierno surgido de las armas, se legaliza en las urnas donde gana, al ser el primer presidente mestizo lo hacía un arraigo popular (1930-1933), mas su triunfo significó la guerra por sus opositores, quienes no reconocieron su derrota.

Hubo dos cosas que no le pudieron decir jamás: Ni cobarde, ni ladrón.

Tenía el signo de muchos caudillos, conspirar siempre, por eso les fue difícil derrocarlo, tenían que matarlo.

En su período presidencial se producen diversas revueltas, entre ellas la del norte en la ciudad de Trujillo, donde los rebeldes matan a toda la oficialidad que había sido tomada presa. Debelado el motín se da la matanza de Chan Chan.

El 6 de marzo de 1932, en la Iglesia de Miraflores se produce el atentado, del cual se salva por sus lentes de metal, que desvía la bala, mas se le perfora un pulmón, sobreviviendo. Podría decirse que Sánchez Cerro jugaba con la muerte.

Muchos subalternos de la Marina se identificaban con la oposición, por lo que el 8 de mayo de 1932 en la rada del Puerto del Callao toman los principales barcos de guerra.

Sánchez Cerro se pone su uniforme blanco y tiene en la mano un fuete (látigo para los caballos), tiene la intención de unirse a las tropas de gobierno que van a debelar el motín, su séquito lo convence que espere las noticias antes de marchar.

La rebelión de la Marina motivó el Estado de Sitio y la Corte Marcial, se aplicó penas severas a los 49 líderes de la rebelión, entre ellas 8 fusilamientos.

En otra conspiración la neutraliza al demostrar su arrojo: “Con la Guardia de Palacio y esta ametralladora me basta para terminar con el motín”.

En 1933 civiles peruanos recuperan Leticia, zona ubicada en el Trapecio Amazónico, con lo cual, Colombia llega al río Amazonas y a Brasil. Sánchez Cerro moviliza 20,000 soldados y hace una concentración en el Campo de Marte, en un acto multitudinario.

El presidente Sánchez Cerro se niega a usar el chaleco antibalas:
“Voy a un acto patriótico, voy a una movilización para una guerra externa”.

Olvidó al enemigo interno, olvidó a sus enemigos que nunca lo reconocieron como presidente.

Ese día, del año 1933 se produce el magnicidio, el asesinato del presidente Sánchez Cerro.

De repente como muchos líderes históricos, Sánchez Cerro ya sabía su destino y fue a buscarlo sereno.