Hablar de Churchill es un reto, porque es uno de los personajes históricos más completos en el espacio – tiempo – historia, es único.

Fue militar, para ingresar a la escuela militar menciona: “No era bueno en geografía y siempre venía una pregunta, imposible ponerme a estudiar, así que puse todos los países en un sombrero, agarré uno al azar y salió Grecia, me puse a estudiar”. El día del examen la pregunta fue: narre todo lo que sabe sobre Grecia. Siempre hay el factor suerte en el destino de un hombre, indicó.

Como militar probó diversos tipos de armas, quedándose con la pistola Mauser c96, arma alemana producida desde 1896, alcance de 200 metros, mientras las demás pistolas llegaban a 100 metros. Cuando entró a la política dejo de usarla.

Participó en la guerra de los Boers, en África, donde es tomado prisionero y logra escaparse, haciendo todo un periplo de kilómetros para llegar a un puerto seguro.

En la Primera Guerra Mundial auspicia un ataque que termina en un tremendo fracaso y cuesta 250,000 bajas llamado la Batalla de Galipoli o de los Dardanelos, 1915; se pensó que era su final político mas con los años cual ave fénix renace de sus cenizas.

El destino le da la ocasión de lograr llevar a cabo en la Segunda Guerra Mundial la evacuación de Dunkerque donde se salvan 250,000 soldados británicos, franceses y belgas.

Decide el lugar de invasión en la Francia ocupada, en una reunión donde estaban todos los almirantes y generales, preguntó: “Caballeros, díganme de que lugar salió el rey francés que nos conquistó (Guillermo I de Inglaterra, conocido también como Guillermo el Conquistador, 1066)”. Hubo un absoluto silencio. Churchill: “Salió de Normandía, entonces la invasión para el día Decisivo, el Día D, se hará en dicho lugar”.

En noviembre de 1943 se salvó de un atentado de los alemanes en la Conferencia de Teherán.

Aparte de su carisma y oratoria, estaba al lado del pueblo inglés en esos momentos difíciles, mostrando con sus dos dedos la V de la victoria.

Cuando terminó la guerra, el pueblo inglés entendió que ya no era necesario un guerrero para la paz, y pierde las elecciones, en ese momento los periodistas le preguntan qué es la democracia. Churchill medita un momento y expresa: “La democracia es una forma terrible de gobierno, pero las otras, las otras son peores”.

Pasado un lustro es elegido nuevamente, en la eterna pugna entre los dos partidos ingleses un grupo de su sector se pasa al otro bando, los periodistas le piden su opinión. Churchill con su flema inglesa responde: “Yo también estoy sorprendido, es la primera vez que las ratas saltan al barco equivocado”.

En la década del 60 en un condado alejado de Londres le da un ataque al corazón, por lo que es llevado a la capital en un avión militar, al llegar hacía mucho viento, así que los enfermeros le tapan completamente con una frazada la camilla. Los periodistas al ver la camilla tapada exclaman, Churchill ha muerto.
Churchill estando semi inconsciente reacciona y saca una mano de la frazada que lo cubre y hace la V que lo caracterizó.
Al día siguiente en primeras planas sale esa imagen con la transcripción: “El último león. Churchill siempre Churchill”.