El general Bernard Montgomery es el héroe del Alamein, un poblado al norte de Egipto, cambiaría el curso de la Segunda Guerra Mundial.

Montgomery siguiendo el arte de la guerra atacó por donde no se le esperaba, atacó por la zona minada que los alemanes llamaban Los Jardines del Diablo.

23 de Octubre de 1942, los zapadores e ingenieros ingleses logran una brecha, donde el octavo ejército británico, conocidos como las Ratas del Desierto, hacen un frente contra el Afrika Korps, la sorpresa inicial se torna en resistencia.
Montgomery no insiste, más bien contando con superioridad numérica, tanques y aviones, se detiene, cambia de posición y varía el ataque, esta vez lo hace en tres puntos distintos.

Rommel, el Zorro del Desierto ya no tiene suministros y sus tanques están en el límite de la gasolina, lo cual permite a la Royal Air Force (RAF) terminar con muchos de ellos. Comprende que esa batalla en el Alamein es la ofensiva final, ya no los puede contener a los británicos, tiene la orden de Hitler de no retroceder, de mantener sus puestos.
Rommel sabe lo que significa desobedecer una orden, y que lo pueden fusilar por ello, más da la orden de retroceder, hace una retirada ordenada. Es el fin del Afrika Korps.

Churchill apenas enterado de la victoria en el Alamein expresaría: “Es el principio del fin de la Alemania nazi, se podrá hablar de un antes del Alamein y un después del Alamein”.

Un veterano inglés de aquella época expresaría: “Hoy he contemplado una de las batallas más magnánimas del Imperio Británico, como hoy he visto el cenit del Imperio”.

Llegada la paz ha dicha zona del norte de África, le hacen un agasajo al general Montgomery.
El maestro de ceremonias: “Damas y caballeros, con ustedes el héroe del Alamein”.
Montgomery con su flema inglesa: “No fumo, hago deporte, soy ordenado, soy un héroe”.
Las palabras del primer ministro Winston Churchill: “Bueno, yo fumo, tomo, duermo mucho y soy el jefe del héroe”.